Un consultor pesquero involucrado en el sabotaje a un criadero de cerdos.
El consultor pesquero Leonardo Cabestrello recibe el encargo de la periodista María Elisa Velero, asesora de una empresa de cerdos, de mandar un informante al Valle del Huasco para verificar si hay un plan para sabotear la planta de alimentos. Simultáneamente, otra persona, Benjamín Lucania, le pide realizar un sabotaje informático a la planta de alimentos del criadero. Debido a su crisis económica, Cabestrello acepta ambos encargos, servir a Dios y al Diablo, y descubre que ha sido engañado para cobrar la prima de un millonario seguro.