«La duración real de la vida y del arte se compone de momentos interiores.»
HENRI BERGSON
¿A dónde conducen las acciones impensadas, reiterativas, que hacemos a diario? Levantarse, desayunar, ir a donde la necesidad de la vida nos ha llevado. Seres distintos, dispares bajo el mismo cielo, moléculas del tiempo que juzgamos nuestras, pero que son minucias en el devenir y en el pasado.
Aquel anciano perdido en su deambular, la colegiala que detesta incorporarse a su aula, el mecánico a la espera de un coche a reparar... Un largo etcétera de pequeñas circunstancias de los seres humanos en las que nos observamos unos a otros en nuestra apariencia visual, pero ¿qué es lo que esconde esta apariencia?, ¿cómo comunicar nuestras inquietudes en el paseo, en el trabajo, en el hogar..., ese estado ineludible de la naturaleza interior, estado casi siempre silencioso que nos acompaña a cada instante?