Amor y maltrato no son lo mismo: el amor compartido solo fluye en igualdad.
Cuando a Mía le dijeron por primera vez que estaba viviendo con un maltratador no podía dar crédito.
Este relato quiere mostrar cómo fue el proceso que la llevó a tomar conciencia de su realidad y a actuar en consecuencia ya que ella, al igual que muchísimas otras mujeres, tenía una idea equivocada de lo que el término violencia de género envuelve por lo que llegó a aguantar y normalizar situaciones que la llevaron a una profunda depresión y a la pérdida completa de su autoestima.
Abrir los ojos fue doloroso pero necesario para poder recuperar su identidad, la confianza en sí misma, las ganas de vivir y asegurarse de que sus hijos no repitiesen patrones y puedan tener un futuro sin violencia. El camino estuvo lleno de altibajos, dudas y sentimientos encontrados, pero gracias a la ayuda de amigas, amigos y profesionales fue capaz de salir de eseinfierno, reconstruir su autoestima, empoderarse y armarse de valor para contar su experiencia con la plena convicción de que su historia puede ayudar a otras mujeres que, como ella, normalizaron el maltrato.