Anduve por círculos eróticos, absurdos y escriturales hasta llegar al territorio del pensar del tiempo.
José Maluchar y Enérida, su mujer, toman el autobús en la caótica terminal de su tierra e inician el viaje a un encuentro de poetas en Zeta. Llegan a Santillo y en el amanecer alternan con conocidos en un círculo de excesos y desencuentros, protagonizado por escritores condenados a leerse unos contra otros, así como burócratas, políticos y periodistas de ridícula prepotencia.
En Zeta se viven días de lecturas, conferencias, altercados, exposiciones, escarceos sensuales y embriaguez de vino, ideas, imágenes y amor. En la postrera noche, los Maluchar entran al bar El Edén, donde conversan con narradores y poetas. Al escucharlos, absorben el éter filosófico de su verbo. El salón se llena de gente que hace un círculo en el que empiezan a decir el poema o el relato. Recuerdos escondidos emergen y enriquecen a cada compás la respiración de sus palabras.