La historia de un país, una región, una nación o nacionalidad histórica, como ha sido llamada Galicia, a lo largo del tiempo es parte de un proceso de maduración intelectual de sus ciudadanos. Esa es la distancia inmensa entre miles de años de historia y apenas unas pocas páginas, o un relato contenido en un discurso, en una lección o en un curso, que el historiador, como cualquier otro individuo, tiene que recorrer. La distancia ontológica entre ambos tiempos, el tiempo histórico y el tiempo del relato histórico es la misma que existe entre los hechos vividos y los contados, entre la objetividad de los sucesos y la subjetividad intrínseca del narrador externo. Por todo ello, la misma idea de la construcción de “una breve historia” es a la vez un desafío y un acierto, una gran ilusión y una realidad con tantas aristas como porciones.
¿Se puede escribir la historia de un territorio que evidentemente no ha permanecido inalterado en el tiempo y en el espacio? Baste decir de momento que somos conscientes de la mística de las historias nacionales, o en versión contemporánea española, de las historias autonómicas. Sin embargo, esta es una oportunidad para dar a conocer a quien no frecuenta los estrechos círculos de la profesión todo aquello que se comenta de la historia reciente de Galicia. Y se han divulgado numerosos temas, algunos con tanto detalle que estamos perdiendo una cierta visión global de los mismos. De forma modesta, esta obrita quiere contribuir a recuperar esa visión global, ese género que es el ensayo histórico.