Este libro abre un diálogo entre quienes no convivieron en un mismo presente, especialmente entre el antiguo pensamiento sefardista y las especulaciones de Walter Benjamin, Emmanuel Levinas, Jacques Derrida (quien dirigió la tesis doctoral del autor en la Universidad de Oxford) y el mismo Jorge Luis Borges, quienes han puesto en jaque a la metafísica desde supuestos bastante “cabalistas”. Las estrategias textuales y metáforas sefardistas, metáforas de una belleza paradojal, despliegan así su vigencia, aparecen como radiografías por adelantado del desgarro contemporáneo.