Estos diez cuentos breves ponen en evidencia la debilidad humana y hacen una crítica al poder a través de un humor irónico y sutil que desbarata la solemnidad y las situaciones absurdas hasta el delirio. Introducirse en el mundo de Avérchenko es descubrir también nuestras propias debilidades, nuestra capacidad de vivir situaciones ridículas como sus agentes o testigos, porque sus relatos demuestran la atemporalidad del humor y el modo en que está íntimamente enlazado con la realidad de cada uno.