Milico es quizás la novela del Golpe. Generosa sin duda, capaz de abrir los brazos a los personajes más dispares, a los ambientes más contrastados –militares y barberos, periodistas y campesinos, hombres y mujeres–. Compleja por su reparo en lo que todos tienen de más contradictorio: desde el milico a la antigua, forjado en la obediencia, que desacata una orden bajo el gobierno de Ibáñez, hasta el verdugo uniformado de los 70 que cree obrar por una sociedad más civilizada; desde el hijo de caballero que deviene en militante comunista hasta la madre que abandona al hijo por otra lealtad más fuerte. Novela increíblemente fina de oído, atenta al canto particular de cada una de sus criaturas, pues en Milico las conversaciones se escuchan, los personajes tienen voz y dejo.