Manuel Rojas se distingue por su peculiar ojo crítico en la descripción y potenciación de los elementos naturales y realistas, así como de los personajes de sus novelas. A Aniceto Hevia, protagonista de su tetralogía, lo encontramos por primera vez en Hijo de ladrón y lo hallamos ahora cuando acaba de despertar en un camarote de tercera. Es un hombre de 25 años, inexperto en el amor, que se ha convertido en apuntador de una compañía de teatro. En esta novela acompañamos a Aniceto en su aprendizaje amoroso, recorriendo vividamente el mundo prostibulario y de cómicos errantes que Rojas supo narrar magistralmente en su prosa sosegada y limpia, realista, cruda y penetrante, develándonos una existencia profundamente humana.