Estas manos que incendiaron Notre Dame/ no son las mismas que dispararon contra el zar Nicolás II/ en aquel sótano oscuro en Ekaterimburgo, en Julio de 1918/ ni las del aprendiz de Rembrandt / alcanzándole claroscuros en el lienzo.
En los años noventa encontré un poema de Andrés Bohoslavsky que se titula Paré la guerra, lo copié y lo colgué en mi escritorio, frente a la computadora y ahí se quedó, manuscrito ante mis ojos un par de décadas, hasta que el papel se gastó. Desde aquellos años lo leo, primero buscándolo en la virtualidad, en antologías compartidas y luego ya en intercambios directos de libros. Andrés es un poeta (una persona también) atípico en el panorama de nuestra poesía. Aunque publicó una decena de libros, colabora en revistas extranjeras, fue traducido al inglés e incluido en antologías de poetas latinoamericanos está al margen de los circuitos de lectura, festivales y jornadas. Sus poemas son también breves relatos sobre circunstancias de la historia, sobre el origen del mundo, sobre nuestra vida en él. (En el origen del mundo nuestra condición de anfibios/nos permitía movernos en el mar y la tierra/ éramos un animal extraño/ la falta de alas nos impidió ser pájaros también/ entonces…). La cultura del pueblo judío, la vida en el mar (trabajó muchos años en los barcos); Soy el que escribe este poema en el mar para soltarlo…), los relatos bíblicos, la palabra mesiánica, la revolución rusa, la Patagonia (nació en Cipoletti, Río Negro, en 1960) el interés por la pintura y por el cine más refinado aparecen en sus poemas de un modo enrarecido, provocando el efecto de un poeta de otra lengua que hubiera sido traducido a la nuestra.
Deambulo desde aquella primera aparición/ hace cuarenta mil años/ inventé el fuego y aún soy nómade/ las manos, los ojos y el rostro cambian/ pero el alma no.
María Teresa Andruetto
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- Índice
- El origen
- Las manos y el alma
- Diálogo con el primer niño del mundo
- Mal augurio
- El mono
- El orfanato
- El talismán
- La fábrica del mundo
- El laberinto
- El mundo es un poema inconcluso
- La invención de la noche
- El fuego
- El reloj que detenía el tiempo
- El criador de cuervos
- Codicia
- La belleza y la fealdad
- El pintor de sueños
- El escultor del mundo
- La calesita
- El paraíso
- El diluvio
- El inventario
- Los monstruos
- La encrucijada
- El buscador de oro
- Los demonios del gigante
- El deseo
- El escritor en la cima de la montaña
- El aprendiz
- La imaginación
- Final