Cuando María del Carmen lee o escribe cambia las letras de lugar o las confunde con otras, por eso sus maestras la regañan, pues creen que es rebelde y caprichosa. Mari relata los días de su vida cotidiana en los que, debido a su peculiaridad, se tiene que enfrentar a las burlas de los demás niños y comentarios negativos de las personas. Pero Mari no lo hace intencionalmente, sino que tiene una dificultad que no le permite leer y escribir como los demás. Ella nos relata su historia, que se desarrolla en una época en la que no se conocía la dislexia y mucho menos se sabía que necesita un tratamiento especial.