El fin de la Guerra Fría coincidió con importantes cambios en las relaciones internacionales y la aparición de los fenómenos que, aunque presentes ya después de la Segunda Guerra Mundial, pasan al primer plano con el término de la controversia bipolar. Uno de estos fenómenos es la formación de los nuevos estados independientes en el espacio postsoviético. En los años 1990 la URSS, un enorme país multiétnico considerado por muchos estudiosos como el último Imperio, se desintegra en 15 repúblicas independientes en el marco de un proceso denominado por Mijail Gorbachov «el desfile de soberanías». A la sazón, en la mayoría de estos países actuaban las fuerzas nacionalistas agrupadas en los Frentes Populares de diversos nombres. Sin embargo, la señal a la desbandada fue emitida por el presidente de Rusia Boris Yeltzin, que llamó a las repúblicas a «tomar tanta soberanía cuanta quieran». Estos acontecimientos nos obligan a mirar con más detenimiento los procesos históricos de la creación del país soviético, formación de su espacio sociocultural y desarrollo dentro de este de las futuras repúblicas independientes.