En todos los países de América –y del mundo– las leyendas suelen venir desde muy atrás en el tiempo. Llegan hasta nosotros fluyendo en ese cauce especial que corre desde las personas mayores a los menores, los cuales, al hacerse mayores a su vez, lo hacen fluir hacia las nuevas generaciones, por ejemplo desde los abuelos a los nietos. El río de las leyendas no está hecho de agua, sino de palabras, a veces organizadas como ‘relatos’, o ‘mitos’, o ‘cuentos populares’, también como ‘casos’…