Como sabemos, la “verdad” de un relato no siempre es sinónimo de “historicidad”. Hoy ya no se pide a la arqueología que “pruebe” el relato sagrado, y éste ya no se entiende como un libro de historia. Queda por comprender las relaciones que mantienen entre sí. Un arqueólogo, un exegeta y un historiador exponen aquí sus puntos de vista. Los ejemplos que ponen están tomados en su mayor parte de los libros históricos, que contienen hechos situados en los mal conocidos períodos llamados de la “conquista” y la “monarquía” (entre 1000 y 587 a. C.). A lo largo de estas páginas, las figuras de Josué, Sansón, David o Josías, la constitución de las leyes, la conquista de la ciudad de Hebrón o el asedio de Jerusalén por Senaquerib adquieren un nuevo relieve.
- Presentación
- Arqueología, Biblia
Historia
- 1 – El trabajo del arqueólogo
- 150 años de arqueología en Palestina
- Estructuras y objetos descubiertos
- Topónimos y geografía histórica
- La identidad de la población
- A propósito de las inscripciones reales
- A modo de conclusión
- 2 – La aproximación del exegeta
- Preliminares sobre el texto bíblico
- El texto bíblico, ¿fuente para el historiador?
- Los datos arqueológicos en los estudios bíblicos
- Autonomía y cruce de disciplinas
- 3 – La investigacióndel historiador
- La Iglesia y la crítica histórica
- La Biblia y la investigación histórica. Posiciones modernas
- Historiografía y Biblia
- Conclusión: escritura de la historia e historia de salvación
- Para saber más
- Lista de recuadros
- Índice de referencias bíblicas
- Contenido