En ella se nos narra la peripecia vital del viejo capitán Whalley, que, en lugar de la apacible jubilación que se ha merecido, debe arrostrar la triste situación de verse arruinado, y para obtener el dinero necesario para su hija tiene que vender su pequeño barco, y hacerse de nuevo a la mar en un último y arriesgado viaje, asociado con un infame armador para el que nadie quiere navegar