Vientre de nácar aborda un período de la historia de España que, aunque cercano, es muy desconocido para las nuevas generaciones: el período de la posguerra, que se abra con el final de la guerra civil y que empieza a desvanecerse hacia mediados de los años sesenta con la progresiva modernización del país. El aparente protagonista de la novela, Víctor Vidal, es un representante propio país, aunque el personaje y su presente, situado en la España de hoy mismo, apenas e su pretexto para que el lector encuentre al verdadero protagonista de la novela: marta roca. Víctor Vidal es un hombre joven, que frisa la treintena, y que trabaja como guionista para el cine y para series dramáticas de televisión. Con un precario encargo para escribir el guión de unos programas documentales sobre el exilio español en el río de la plata, viaja a buenos aires. Pero el asunto no le interesa demasiado: de hecho, apenas conoce nada de la diáspora de centenares de miles de personas que, tras la guerra civil, abandonaron España. En la cabeza, Víctor Vidal tiene otro mundo, que le apasiona: quiere llevar al cine la aventura de una aviadora, Beryl Markham, que cubrió la ruta aérea entre Nairobi y Londres en 1936, protagonizando arriesgados episodios, y que vivió en los espacios abiertos africanos antes de la segunda guerra mundial. Ese mundo romántico, lleno de cazadores blancos y safaris por la sabana, de animales salvajes y de tribus indígenas que conviven con los europeos que han escapado de la próspera y aburrida Europa, llena su imaginación. Con áfrica en la cabeza y con un trabajo sobre el exilio español, Víctor Vidal conoce en buenos aires a un hombre que le cuenta la vida de marta roca, el vientre de nácar, una hermosa joven cuya peripecia vital le atrapa: buscando las leyendas africanas, Víctor recala en una historia agazapada en el barrio chino barcelonés, en la dura posguerra española. Estructurada en tres niveles- buenos aires, áfrica y la Barcelona fascista- la novela arranca con la guerra civil española y atraviesa la posguerra, para precipitarse en un epílogo de hoy mismo.