Dos son los temores centrales que organizan los miedos que moldean la vida en la ciudad. El primero se refiere a la desigualdad económica. el segundo al desconocimiento de los otros y el temor a la pérdida de identidad personal. La incertidumbre y la confusión se han incrementado por la rapidez de los cambios de las últimas décadas, lo que ha provocado que las ciudades se perciban como lugares con peligros. Por ello, la ciudad como espacio libre está siendo dividida, estructurada y controlada por las fuerzas del orden, con el objetivo que de garantizar la seguridad en cualquier momento. Si hace unos años la expulsión del miedo de nuestro entorno se llevaba a cabo mediante ostentosas medidas arquitectónicas, ahora éstas están siendo sustituidas por medidas más sofisticadas e imperceptibles. Son las prótesis tecnológicas instaladas en lugares estratégicos que consiguen mantener nuestro miedo bajo control. A ese perverso juego sin fin se refiere este libro.