La discusión acerca del aborto terapéutico y la disyuntiva entre salvar la vida de la madre o la del hijo es un tema que nos invita a comprender que la persona humana goza de una dignidad única. La medicina y la moral nos dan las respuestas adecuadas para enfrentar el problema con las soluciones jurídicas que respeten un derecho humano tan esencial. Una sociedad que no acoge a sus hijos enfermos, es una sociedad enferma. La discusión entre la vida de la madre o la del hijo no es el problema. La gran crisis es la "fractura del corazón" por la perdida del sentido de Dios y de la verdad conforme a la razón natural y el "relativismo ético y cultural" que vive la sociedad actual.