La autora nos ofrece en esta obra un concepto innovador en educación, lo que ella denomina: "pedagogía homeopática". Una terapia homeopática ayuda a flexibilizar la actitud del profesor para promover e incluso crear "microsistemas", similares a los que son familiares a cada alumno. El educador será, como en la medicina homeopática, quien irá suministrando en terapias sucesivas, las "dosis" necesarias hasta una total inmunidad que lo libere del problema original.
Isabel Agüera reflexiona aquí, en profundidad, sobre su largo paso por las aulas y nos ofrece, a través de más de veinte "historias de vida", que son otros tantos "estudios de casos", sus experiencias y el fruto de su incansable actitud investigadora en el terreno educativo.