¿Se ha estimado siempre a la libertad como algo valioso en la vida humana? ¿Incluso tan valioso como para resignar ante ella esa misma vida? Todos los elementos de juicio llevan a una respuesta afirmativa. ¿Por qué es así? ¿Qué hay allí significado por esa palabra que sea capaz de suscitar tan universal y profunda adhesión, y de suscitarla siempre de manera prácticamente unánime?
A la libertad, en nuestros días, se la proclama y se le rinde culto. Las ideologías todas la tienen como principio. Junto con la democracia, constituyen los dogmas básicos de nuestro tiempo. Si preguntamos qué es la libertad, intentando separarnos de las abstracciones ideológicas, se nos responde mediante una confesión de la fe en ella. Se ha querido alimentar el concepto de libertad con el vacío, con la ideología que es absolutamente estéril, y que se rellena solamente con poder.