Tierra prometida, tierra perdida, tierra recuperada… Es posible que este motivo sea uno de los elementos esenciales de la gran intriga de la Biblia. Está la tierra en su extensión más amplia, aquella cuya creación por parte de Dios se cuenta al principio del libro del Génesis. Está la tierra particular prometida a Abrahán: «Ve a la tierra que yo te mostraré», y dada al pueblo de Israel, tierra que «mana leche y miel» y por la que corrió sangre. El presente trabajo se ha elaborado para tratar de responder a una pregunta: la historia de la alianza entre Dios y la humanidad, ¿pasaría por el don de una tierra a Israel? ¿No tendría cualquier tierra humana como vocación convertirse en tierra de alianza?
- Portada
- Prólogo
- Presentación
- Introducción
- I – La matriz del exilio
- La invención de la historia
- Valor del acercamiento crítico
- II – Del caos a la tierra prometida
- La tierra de Dios para el hombre (Gn 1-11)
- La tierra prometida (Gn 12-50)
- III – La tierra para la alianza
- Tierra dada, tierra ocupada
- La tierra y la Torá
- IV – Los profetas: del castigo al consuelo, o el desvelamiento del pecado contra la tierra
- Discursos proféticos
- Jeremías
- Ezequiel
- El canto de la viña (Is 5)
- El derecho y la justicia en la tierra
- V – Los Salmos y la tierra
- Dios, señor de la tierra
- El hombre en la tierra
- La tierra perdida y recuperada
- Queja en tierra lejana (Sal 137)
- VI – La tierra de Israel y el Reino
- La geografía sagrada modificada
- Ni aquí ni en Jerusalén
- Las facetas de la tierra
- Para saber más
- Lista de recuadros
- Créditos