En el juego no hay escisión de la personalidad: existe el trabajo conjunto de la mente y el cuerpo, el niño se compromete por entero y esa forma total de vivir una experiencia parece ser también la forma adecuada para el aprendizaje que abarca desde el conocimiento corporal hasta las matemáticas. En la presente obra Marianne Torbert no sólo desarrolla una serie amplísima de hermosos ejercicios sino que da una explicación clara de las áreas diversas que se integran para determinado trabajo.
Ojalá este libro sea recibido en forma entusiasta por todos los educadores y maestros, ya que fue escrito con gran amor y dedicación hacia los niños y con un conocimiento profundo de los beneficios del juego en la formación integral de éstos.