El autor se asoma a regiones siempre exploradas en el interior de uno mismo: la soledad, la razón de ser que lo lleva a escribir -esa musa-, la constancia para seguir el camino de trazar palabras, los momentos disfrutados en el patio donde “el colibrí, abre sus ojos a lo sencillo de la vida”. Con estas palabras presento a Usted, lector, este libro, escrito sin afanes de publicación, quizás, por eso pasaron años y esperó el momento, para dibujar de nuevo esa raya en el cielo que conduce a reivindicar el oficio de enfrentarse a ese reto de dejar la tinta en el papel.
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- Índice
- Prólogo
- Camina el hombre
- Aventuras
- El destino
- Constancia
- Razón de ser
- Soledad
- Noche fría
- Patricia del Carmen
- Jesús María
- La rula de Jesús
- Ruth Clary
- Mis hijos
- Integración
- Crepúsculo
- Ilusión
- Calles de mi pueblo
- Vivencias infantiles
- Nuestra casa
- Banqueta de mi abuelo
- Hola vejez
- Edad senil
- Rastros
- Adulto mayor
- Añoranza
- Rayas en el cielo
- Tempestad
- Madrevieja
- Sendero complicado
- Invierno
- Verano
- Yacabó
- Realidades
- Nubarrones
- Espejos
- Camino al colegio
- Palomas
- Sobres y carpetas
- Mis zapatos
- Paciencia
- Pensamientos gatunos
- La montería de hoy
- Turbulencias
- Rutina
- La rabia
- Existencia
- El bochorno
- Poema del trasnochado
- Caminante
- Farsantes
- Pinceladas gordas
- El niño travieso que soy
- Consejos
- La lotería
- Casa vieja
- Deseos
- Observaciones
- Oprobio
- Miseria
- Las paredes de mi ciudad
- Caos
- Horas pico
- Camisa de once varas
- Ciudad
- Advertencia
- Locos
- Pasión a flor
- Nunca es tarde
- Amor
- Así eres tú
- Rareza
- Camino largo
- Encuentro
- Sospecha
- Herencia
- Desperdicio
- Pudo ser y no fue
- Extravío
- Reclamo
- Felicidad
- Mensajes
- Un sueño
- El escultor
- En una banca del parque
- Mi camisa vieja
- Encanto