A través de fragmentos y confesiones inscritos en la prosa, el narrador nos hace parte de las desventuras, soledades y fantasmas de Fernando y Lucía, dos exiliados que han llegado a vivir a Madrid. Así, este es un cuento sobre el amor y las relaciones. Sobre la vida que quedó trunca después del horror de la dictadura. Y sobre el exilio y la imposibilidad que tendrán sus protagonistas –a todos los niveles- por vincularse nuevamente con la realidad, sin antes haberse encontrado, sanado y decidido a seguir vivos. A su vez, el relato da cuenta de una época que repasa el gusto europeo y español por la nueva farándula, íconos de los 70 y 80, frivolizando la relación entre el sueño que fue la lucha de una ideología, con el estado de las cosas que los rodea; esta nueva modernidad y liberalismo en que han quedado situados, llenos de fantasmas y muertos.