Escrito por Jean-Jacques Rousseau en 1754, solo bastan las palabras del propio autor en el prefacio para presentarnos el “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”:“El conocimiento del hombre me parece el más útil y el menos adelantado de todos los conocimientos humanos, y me atrevo a decir que la inscripción del templo de Delfos contenía por sí sola un precepto más importante y más difícil que todos los gruesos volúmenes de los moralistas. Así, considero el asunto de este DISCURSO como una de las cuestiones más interesantes que la Filosofía pueda proponer a la meditación, y, desgraciadamente para nosotros, como uno de los problemas más espinosos que hayan de resolver los filósofos; porque ¿cómo conocer el origen de la desigualdad entre los hombres si no se empieza por conocer a los hombres mismos?”