Vicente Blasco Ibáñez publica “La tierra de todos” en 1922. En ella novela su experiencia como colono hacia 1910, y sitúa la acción en los áridos territorios de Río Negro, en la Patagonia, teniendo como punto de arranque un asunto legendario: los terribles efectos que provocó la hermosura de Helena y que darían origen a la mítica guerra de Troya.