La escuela contemporánea alberga vínculos complejos, experiencias heterogéneas, otros modos de hacer y saber. Un nuevo emplazamiento para docentes y alumnos que generan incertidumbre y desvelo: ¿Qué hacer? ¿Cómo educar a alumnos inquietos?, ¿de qué manera conquistar el tiempo acompasado que requiere la enseñanza en un mundo impaciente? Cómo vivir juntos. La pregunta de la escuela contemporánea es un ensayo engendrado en las aulas, en la experiencia de todos los días, en las nervaduras de lo que sucede. A través de un entramado conceptual preciso, Marcela Martínez reúne la emergencia de las nuevas condiciones históricas con la posibilidad de componer una práctica pedagógica intensa y con efectos éticos y políticos. No el desánimo o la queja por lo que ya no es, sino la afirmación, el decir sí. En definitiva, la escuela contemporánea como potencia de encuentro y prepotencia deseante, como una experiencia vital.