En su época, todas las megaestructuras fueron grandes edificios, pero no todos los grandes edificios de la época fueron megaestructuras. Si existe una gran obra que haya contribuido a clarificar esta distinción, sin duda es el Vertical Assembly Building de Cabo Cañaveral, Florida (1). A pesar de contener el mayor espacio simple jamás construido por el hombre —lo bastante grande para contener tanto sus propias condiciones atmosféricas como los cohetes espaciales completamente montados en sus andamiajes de transporte—, siem- pre que entre especialistas se planteaba la cuestión de si podía considerarse como una megaestructura, la respuesta, desconcertante pero terminante, era «No».
Los capítulos siguientes pretenden ilustrar e historiar el movimiento megaestructural, y exponer algunas cosas sobre la estructura mental en que fue concebido, elaborado y finalmente abandonado, cual blanquecino esqueleto en el sombrío horizonte de nuestro pasado arquitectónico reciente.