El confesionario

El confesionario

  • Author: Reyes, Américo
  • Publisher: Ril editores
  • ISBN: 9789560102102
  • Place of publication:  Santiago , Chile
  • Year of publication: 2015
  • Pages: 120

El confesionario de Américo Reyes abre sus puertas. Las confesiones se confiesan, en un tenue juego narrativo que mezcla la poesía con las crónicas de ella, a veces furtivamente ocultas, celosamente resguardadas y prestigiosamente atesoradas. El libro sitúa al lector no solo en la emoción de sus versos, sino también, de manera explícita, en la situación, en el contexto que condiciona al protagonista de su obra o en quienes se inspiró al escribir. El libro confiesa mundos, situaciones, momentos, estados de ánimo, sensaciones o simples resúmenes que, como un timón, conducen a leer una realidad develada en el intenso juego de situaciones que escribe el autor. «Américo Reyes vuelve con un registro polifónico donde conviven seres, sexos, hablas, clases, mundos paralelos y texturas diversas como su palabra, en tono coloquial, juglaresco, cronista, tribunicio, intimista, minimalista, expansivo, mordaz, solemne, realista y surrealista, sin asomo de fisuras». Leonidas Rubio, Premio Nacional de Poesía Eduardo Anguita 2013

  • Cover
  • Title page
  • Copyright page
  • A modo de proemio, quizás como advertencia, el autor le da el «vamos» a esta sarta de confesiones
  • Decálogo del poeta
  • Desde un paradero de buses de Licantén, María Amanda Burgos se refiere a su encuentro con un vagabarrios
  • La bestia, en su muro de Facebook, se exorciza a sí misma
  • A fin de aplacar en parte la voz de su conciencia durante las noches de frío (cuando los remordimientos afloran con más fuerza)
  • Viviana Navarro sostiene que las relaciones de pareja son un chiste
  • A las orillas del Mataquito, el estudiante en vacaciones, Edgar Julián Aquiles Uribe, le cuenta a un vagabundo de oficio –conocido por los lugareños como Jaime Rodrigo– las aventuras y desventuras acontecidas en un sueño
  • «La plegaria del crápula» llama Sebastián Montecinos a su confesión
  • Biografiándolo, el vendedor ambulante Mauricio Horacio (no se consignan apellidos), recuerda con tranquilidad sincera los carretes que se pegó con el lustrabotas del mercado, su mejor amigo, opositor indomable a la dictadura de Pinochet
  • Oskar Wil-fredo (suponemos su seudónimo) se vale de un relato de soterrados artilugios para hacernos llegar su confesión: El ogro de Cornualles
  • Saltándose el protocolo de rigor, César Iscariote se confiesa directamente con el autor de este libro
  • Frente al que siempre ha considerado su maestro, y en una cuasi sesión de «espiritismo poético» (excuse tamaño barbarismo el lector fino), Tomás Rodríguez Durán hace partícipe de sus aprehensiones
  • Declaración oficial de Álvaro Díaz Tapia, de la que se desprende, por sus callosidades y retruécanos, que cayó en amor
  • A través de sus décimas nos hace llegar el huaso Lecaros su encendida concepción del desamparo y la esperanza
  • En su celda invisible se lamenta, desconsolada, Alejandra Pilar (no se consignan apellidos)
  • Y quien se presenta sólo con sus iniciales, R.A.G.L., demanda que el día 17 de enero y no otro sea reconocido por los pueblos del mundo como el "Día Internacional de la felicdad"
  • El guerrero anónimo de Black Water’s City se despide de su pinganilla, nombrado «levanta-carpas en lo oscuro», «bultito de oro» y "enciende corazones" durante una jornada de copas
  • La trovadora Rosa Gabriela Luna, aduciendo stress sentimental, se resiste a entregar su confesión y, entre sollozos, sólo suelta una copla
  • A pleno pulmón, desde el río de Los Queñes, Alicia Cisneros anuncia, en tono críptico, que en la vida se va y se vuelve
  • El bardo Joaquín Agustín Domínguez las emprende contra el soneto, desde un soneto, que ha intitulado, para perplejidad de sus confesores: Contrasoneto
  • Se dirige a sus progenitores Javier José Salas Montoya para comentarles que algo que ocurrió hace muchos años en el Golfo de Penas ha comenzado a ocurrir de nuevo, esta vez adentro de su cabeza
  • Confesión nocturna de Paula Iris Barrera Muñoz
  • El rabadán de rabadanes, quien fuera un día ungido como «el farol del altiplano», es asediado por sus discípulos a la hora del té
  • En un sobre cerrado, Arturo Raimundo Cárdenas entrega su confesión
  • Es el mágico verano de 2011 y Reinaldo Toro Bustos (42 años, casado, tres hijos, licenciado en historia) nos hace partícipes de una extraña turbación
  • Confinada en los recovecos de un fin de semana más, se logra distinguir con absoluta claridad a Verónica Hernández bajo el peumo híspido, a donde llegan también los recuerdos, y solidarizar con su pregón
  • Filofóbica, con la energía que dan los desengaños, con el poder de la propia superioridad desterrada, con la belleza y el candor de las épocas inútiles, le canta Yolanda González al hijo del Guaiquillo su bolero de gracia
  • Tras fatigosas reflexiones y sopesando los pro y los contra, Rigoberto Andrés Gómez Lagos hace un alto en el camino para referirse a su amigo fiel
  • En su exposición barroca y de fúnebres resabios, Heriberto Aliaga Zapata ostenta, a regañadientes, su incipiente congoja
  • Al más puro estilo «Corín Tellado», una veinteañera Cecilia Alcántara se venga, voz en ristre, del hombre que la conturbó
  • Luis Félix Cereceda reclama su corona y se deja llevar por aquello que los entendidos llaman «paz subliminal»
  • De su pasado (así se consigna en el acta de confesiones), Estela Vera Cruz arranca la flor más útil, a la que llama «la flor del silencio», cuyo perfume, conforme declaración de la propia confesa, mata
  • José Luis Painecur le habla a su pueblo desde una nube
  • En tres razones se apuntala Margarita Pía Sanhueza para justificar su adoración por el amigo ausente
  • Pedro Urdemales es visitado en un sueño por Tita Soto Mistral, y de la carta entregada –en la cual se reclama al se reclama tácitamente un ramillete de claveles rojos–, sólo se conserva la posdata
  • Igor Alvarado Casanova se defiende de mala gana en un boliche de Teno
  • En su revelación procelosa y abierta, Daniela Riveros Pardo le pide a César Iscariote que no la olvide
  • Rodolfo Blas Fuentealba comenta la compunción retórica que le fuera infundida por el Indio Curi y nos informa, de paso, que aprendió a dudar con decoro
  • De madrugada en una esquina, y entre copa y copa, nos llega la confesión de Úrsula Silva Correa
  • Claudio Pérez Bustamante, el pacientero, deja entrever que tiene planes con su cuerpo
  • Expresa Lucía Contreras Avendaño que vio desnudo, más allá de su sangre, al hombre del Pumaitén
  • Ricardo Jara Véliz dice que sobrevivió a un terremoto de proporciones, a sus tres mujeres y al acoso de los Testigos de Jehová durante todos los domingos de su vida
  • Confiesa Rolando Farías Briones haber dado con las razones para no creer en nada, y aconseja que bajo ningún pretexto se le debe regalar un libro de poemas a quien lleve por nombre Elisa
  • A la manera de los iconoclastas de la edad de piedra, Maritza Figueroa Vilches hace valer su voz política
  • Se empeña Macarena Miranda en sacar de sus casillas a quien ose atenderla
  • De cómo la señorita XXX –alias «la copiona grácil»– sobrecoge a los compañeros del taller literario al que asiste, en plena primavera
  • «Hay un concepto de contrariedad que no ha sido atendido», parece señalarnos, casi en susurros, Sor Marta Ubilla Gatica, de la congregación de las Carmelitas Descalzas
  • Ha llegado el viernes y en su casa, alumbrada por el destello de las velas, el rabino Exequiel Rosner Bau registra una idea
  • Confesión de Angélica Fuentes Sandoval
  • Don Jorge Luis Altamirano arguye que por estar demasiado viejo y haber perdido sus alas en un espejeante villorio (¿?), carece de confesión alguna que sea digna de ser oída, y se declara, por lo mismo, libre de polvo y paja
  • El joven Juan Luciano (no se consignan apellidos) propone, en el subtexto de su zamba, que el otoño sea declarado por los gobiernos interamericanos como «la estación oficial del poeta»
  • Página cedida al lector(a) que quisiera presentar sus descargos, a objeto de no quedar excluido(a) de este juego de confesiones
  • Índice

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