Uno de los cambios más significativos de la sociedad contemporánea es el reconocimiento de la diferencia. Muchas sociedades han cuestionado uno de sus pilares fundacionales al problematizar sus “identidades nacionales”, aceptando la idea que dentro de un Estado conviven diferentes pueblos e incluso naciones. La materialización de este cambio la encontramos en la implementación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Este convenio, entre otras cosas, establece el deber de los Estados de consultar medidas legislativas y administrativas susceptibles de afectar directamente a los pueblos indígenas en un determinado país. En este volumen se analiza la forma en que se ha ido implementando dicho Convenio en tres países latinoamericanos: Colombia, Chile y Perú. La dinámica política revela fuertes resistencias de las élites para aceptar convivir en la diferencia. El libro ilustra la implementación del Convenio como una constante lucha de poder entre grupos muy desiguales.