La dicotomía entre la persona y el psicoterapeuta se diluye mostrando que en el oficio psicoterapéutico lo personal anida en el núcleo de lo profesional. El psicoterapeuta es ante todo persona: un ser humano disponible y abierto al encuentro único, singular e irrepetible con otro ser humano. Este libro se puede leer de manera aislada o también como la continuación de los anteriores, Diario clínicoy Psicoterapia relacional y crianza respetuosa, una trilogía alejada de lo académico, centrada en la experiencia más íntima de la vida profesional
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- Índice
- Nota preliminar
- Nuestros «pilotos automáticos»
- Jacinta, el dinosaurio y la hormiga
- Lo que puede el sentimiento
- Javiera o la niña del macetero
- Llegar tarde
- Cuaderno de terapia: un diario de vida emocional
- Cuando estar «mal» está bien
- Ser padres: una oportunidad para sanar la infancia
- Las funciones de los hijos
- Mis siete psicoterapias
- Tres notas mentales para psicoterapeutas
- Psicoterapia: crecer juntos
- Teorías: puentes y no murallas
- El truco
- Soltar la autoexigencia
- Del maltrato al buen trato
- Buen trato a la infancia: aceptación incondicional
- La infancia robada
- Prioridades
- Uno
- De fútbol y psicoterapia
- Esguince emocional
- Las cartas en psicoterapia
- El amor según mi hijo de cuatro años
- Lo verdaderamente importante
- El padre de hoy
- El «Día del Padre Ausente»
- Principio psicogástrico
- Mi manera de entender la psicoterapia
- La paradoja de la psicoterapia
- Sujeto supuesto saber
- La belleza
de morir
- Elogio del pluralismo
- Acá
- Contra el dogmatismo teórico
- ¿Quién es el paciente y quién el psicoterapeuta?
- Rigidez por flexibilidad
- Cura de amor
- Relación de pareja y carencias afectivas infantiles
- No existen los depresivos
- Buen trato infantil y felicidad adulta
- Crianza natural
- Los hijos no son pañuelos
- Hijos torbellinos
- Disciplina empática: el tercer camino
- ¿De qué se trata una psicoterapia
?
- La mayor felicidad
- El chipote chillón y la rueda de la fortuna
- Una y la otra
- Una pregunta difícil
- Carlo de Gavardo
- La ruta de la Roja
- Un mejor país
- Pensamiento excluyente y pensamiento incluyente
- De fútbol y cambios sociales
- Ser y estar en el mundo
- Cinco remedios caseros y ancestrales para hacer dormir a tu guagua
- Cuando interrumpir la terapia es el mejor cierre de un ciclo
- Pequeñas acciones para grandes cambios
- El terapeuta como ciudadano: la política cartas hacia arriba
- El privilegio de hacer lo que me gusta
- Seres socio-psico-biológicos
- El aburrimiento como fuente de la creatividad
- Intensa-mente
- Diez cosas difíciles y diez cosas gratificantes de la crianza
- Tres mitos comunes en la psicoterapia con adultos
- Como, luego existo
- Recorrer la ciudad
- El secreto
- Manual de safari urbano o el arte de perderse
- Para crear hay que seguir en la lucha
- Todo momento es un momento nuevo
- De running y walking
- Reflexiones desde la psicoterapia relacional, a propósito de El Bosque de Karadima
- La actitud psicoterapéutica: de la neutralidad a la influencia significativa
- «Mi casa es un campo de batalla»
- Veinte tesis sobre la psicología del maltrato
- Descentralización
- Por una adopción respetuosa
- Responsabilidad de expresión
- El arte de la psicoterapia
- La mayor genialidad de Freud
- De generosidades y privilegios
- Intento de suicidio
- Niños
- Persona acelerador y persona freno
- Tres herramientas clínicas
- Confianza básica hacia los niños
- Mentir, sobreexigir, polarizar: tres errores en la crianza
- El pudridero del alma
- Autenticidad responsable
- De psicoterapia y escritura
- El valor de las cosas «obvias»
- Juego, creatividad y belleza
- Aterrizaje emocional
- El sentido de una psicoterapia
- Abuso sexual y sexualidad infantil: el péndulo de Freud
- Ser humano
- Adopción y prueba de confianza
- Seguridad, protección y confianza
- Vivir creativo
- Flashback
- Psicoterapeuta 3D
- Contra la corriente
- Mandatos de género
- El mejor libro
- Mensajes que justifican la escritura
- Reflexión al paso en Nueva York
- Perspectiva
- De hogar y de viajes
- «Trabajobby»
- La culpa
- Campo adentro
- En la mitad del camino
- Ilusión de alternativas
- La pared que volvió a sonreír
- Las vueltas de la vida o la supervisión como «intervisión»
- Mensajes que sacan sonrisas
- La infancia secuestrada
- Confesión antimetodológica
- Estremecer los viejos supuestos
- Saudade psicoterapéutica
- El peligroso péndulo de la crianza
- Elogio de la crítica
- Amar sin límites, convivir con límites
- Crianza empática y crianza apática
- Maldita primavera
- El suicidio: más allá del tabú y del estigma
- Recordar
- Del activismo al fundamentalismo
- Cinco principios de parentalidad positiva
- Paradoja capitalista
- «A mí me pegaban y no quedé traumado»
- Para personas ociosas y con mucho tiempo libre
- Sobre las aguas de la propia historia
- Salir del clóset
- Un alto cargo académico
- Cambiar el mundo
- Worst sellers
- Solipsismo ideológico
- Menos etiqueta, más persona
- Un psicoanálisis más humano
- Un psicoterapeuta
- El secreto de los psicoterapeutas
- El camino de la psicoterapia
- Contra el culto a la personalidad en psicoanálisis
- Autoterapia en tres imposibles pasos
- La psicoterapia como trabajo de liberación
- El volante y la bencina
- Advertencia para psicólogos y estudiantes de Psicología
- La coraza profesional
- Niño mateo
- Nuestros personajes encarnados
- La autoridad de los padres
- La edad emocional
- Cuatro palabras a evitar en la crianza
- Cuando la enfermedad es la mejor terapia
- El histórico síndrome del doble opuesto
- El corazón de Magdalena
- ¿Qué necesitan un estudiante de psicoterapia y un psicoterapeuta?
- Con permiso para ser persona
- «Quiero que mis hijos sean felices»
- El turista y el sabio
- Los cuidadores descuidados
- Jorge: de autómata a persona
- Mirar para el lado
- Contra la idealización
- Minuto 39
- No poder seguir
- La depresión o el dolor de la oruga
- Autoayuda según Freud, Winnicott y Lacan
- Navidad en familias con padres separados: la ilusión de la «familia feliz»
- Autoayuda según Nietzsche, Husserl y Heidegger
- Personas antes que adictos
- Asumir la propia historia
- Cultivar el «sentipensamiento»
- Autoayuda según Gadamer, Merleau-Ponty y Lévinas
- Autoayuda según Melanie Klein, Wilfred Bion y Donald Meltzer
- Pilar Sordo es mi copiloto
- Autoayuda según Borges, Cortázar y Galeano
- Lo mejor que podemos ofrecer como psicoterapeutas
- Ricardo o el inconsciente en acción
- El síndrome de sobrecompensación parental
- El trabajolismo como mecanismo de huida
- Resolver el complejo de Pancho Puelma
- Autoayuda según Walter Benjamin, Michel Foucault y Jacques Derrida
- Diálogo entre un profesor y un apoderado
- Regar la plantita
- Eslogan para una psicoterapia
- El piquero de Dios
- Antonio o la comunicación musical inconsciente
- Recordatorio fenomenológico para psicoterapeutas
- Voy a ganar
- Sabiduría rural
- Bong
- Tres tesoros de la niñez
- Todos somos Joaquín
- Destinos de la vejez
- Star Wars: una historia de apego
- El derecho a fallar
- Ana, la enfermera del mundo