Este libro es hasta ahora el único que intenta demostrar con una multidisciplinariedad etnográfica-literaria-filológica, la vigencia de la práctica del Mester de Juglaría en sentido estricto, en América Latina, particularmente en la provincia chilena de Melipilla. En él se discute el concepto de este género, en relación con la poesía literaria, la popular y la folclórica, añadiéndose la descripción del oficio de juglar, con énfasis en su léxico técnico y la ejemplificación de un manuscrito de su arte.