"Sobre la llanura inmensa empezaba la noche a extender el
ala misteriosa: la tarde expiraba en una pompa feérica;
el sol se sepultaba en una como apoteosis de colores, en una
fulgurante de llamas;
se diría los funerales de un tracio;
al resplandor del ocaso, pira gigantesca alzada allí para holocausto
del ReyAstro, respondían las palideces del Oriente,
huérfano de su lumbre generosa, del esplendor de su púrpura
flamante;"