En 1994, María Mercedes Carranza planteó una pregunta sobre el desarrollo urbano disímil en el centro de la ciudad: “Bueno sería saber qué fue aquello que preservó de perecer a La Candelaria que no pudo evitar, por ejemplo, el arrasamiento reciente de Santa Bárbara, hermoso barrio colonial del Centro Histórico de Bogotá”. Esta pregunta de la escritora colombiana remite al proceso de construcción de la zona patrimonial de los años ochenta, a partir de dos procesos simultáneos: la demolición de un sector del barrio Santa Bárbara y la patrimonialización de La Candelaria. A pesar de que estos dos sectores de la urbe hicieron parte de la ciudad antigua y compartieron un origen común, solo La Candelaria logró hacer parte de la zona considerada de valor histórico. Este trato disímil para dos zonas de la ciudad con valores históricos similares fue lo que dio origen a esta investigación, que se interesa, principalmente, por conocer por qué el barrio Santa Bárbara fue excluido del relato histórico de la ciudad, a partir del estudio de la discusión sobre su valor histórico. Discusión que dio paso a una “lucha por la memoria”, en palabras de Elizabeth Jalin, que permitió analizar los usos públicos del pasado y del patrimonio.