Queridas, de forma desgarradoramente hermosa se encarga de relatar, en particularidades y generalizaciones, lo que significa ser, a diario, una mujer. A partir de una narrativa epistolar, S entabla un diálogo con cada una de nosotras. Ese es quizá su más importante aporte: no solo habla con la madre, sino con la hija, con la profesional, con la amante; incluso con la otra habla. Queridas nos hace sentir nosotras otra vez, precisamente porque reivindica esa femineidad que es tan nuestra y que tan a menudo tenemos que acallar para satisfacer a quienes nos rodean.