Estas páginas desvelan cómo se fueron gestando y corrigiendo algunos poemas del último Borges, su desdén por el poeta Rafael Alberti y su profunda amistad con la narradora Susana Bombal, relatadas a través de notas, tarjetas, dedicatorias y testimonios personales. El libro se cierra con otras declaraciones reunidas durante la última estancia de Borges en Italia: el pensamiento borgiano se manifiesta aquí en toda su fascinante y magnífica ironía.