El Islam chiíta se divide en dos grandes ramas: la duodecimana y la septimana o ismailí. En este libro se reúnen tres importantes trabajos referidos a la gnosis del ismailismo, en los que podemos encontrar los ecos recurrentes de una sabiduría eterna que, para Corbin, abraza en una comunidad esencial a las tres tradiciones abrahámicas, pero que hunde sus raíces inmediatas en el Irán del mazdeísmo preislámico y que se extiende igualmente al neoplatonismo griego. Sobre ese telón de fondo, pone Corbin de manifiesto una concepción cíclica del tiempo que no es ya del eterno retorno del tiempo sino la del retorno del tiempo a un origen eterno. La metahistoria que así se instaura ya no está regida por el tiempo homogéneo y descualificado de nuestros relojes, sino por un tiempo litúrgico, ritmado por los acontecimientos del alma, que quiebra la historicidad supuestamente objetiva y fundamenta la posibilidad de una lectura vertical de la historia de la humanidad. Esos acontecimientos marcan, a su vez, las etapas del combate que el ser humano debe librar para elevarse progresivamente desde las tinieblas, a las que se ha visto relegado por un drama de dimensiones cósmicas, hacia la luz, y esas etapas ascendentes constituyen otras tantas manifestaciones de la Teofanía primordial.