Cada uno de estos cuentos es un fragmento encapsulado de la
realidad. A simple vista, si comenzamos a leer alguno de éstos,
tal afirmación puede llegar a parecernos un poco extraña e
inverosímil. Pero sin duda no lo es. La gestación de todos ellos
ha sido motivada por la observación de un hecho real que, de
una u otra forma, activó un switch en cierta parte de mi cerebro.
Y tal efecto, no necesariamente ocurrido en el momento del
hecho en particular, me permitió la generación de otra historia,
quizá ambientada en otro tiempo y lugar o, porque no decirlo,
en algún universo ficticio creado ex profeso. Y me bastó tan sólo
atrapar una imagen inicial, desligarla de sus amarras terrenales,
encapsularla, dejarla en estado latente, y concebirla una vez más
desde un nuevo punto de vista. Eso es lo que asumo como
inspiración. Y este impulso creador, cuya existencia muchos
otros escritores se resisten a reconocer, se complementó
entonces con un trabajo constante, para darle una forma más o
menos coherente a la nueva historia.
- Parpadeos
- Dedicatoria
- Prólogo
- Parpadeos vitales
- Deseo inesperado
- Encuentros fugaces
- Remordimiento absurdo
- Ayuda alienígena
- Percepción repentina
- Vida casi latente
- En las alturas
- Los bichos
- Solución expedita
- La última función
- Perspectiva
- La mano que aprieta
- El regreso
- Descuido divino
- Ceguera perceptiva
- El mensaje
- Biografía del autor
- Leguleyadas
- Otras Ediciones
- En la colección Cuenteros al Sur del Mundo
- Colofón