El de Mateo fue, en las primeras comunidades, el evangelio preferido y el que más frecuentemente se proclamaba e interpretaba durante la celebración. Los primeros creyentes entendieron que, para Mateo, la Iglesia -es decir, la comunidad eclesial concreta- es el lugar donde se prolonga la actuación de Jesús. Sólo si la Iglesia hablaba correctamente sobre Jesús, si entendía su mensaje y seguía su camino, podía ser testigo de Cristo en este mundo. Sólo de esta forma se podía constituir en el lugar donde Cristo, glorificado por el Padre, actúa en este mundo.
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- Introducción
- El compilador
- Mateo como maestro
- La dimensión ética del evangelio de Mateo
- El evangelio de Mateo, una buena nueva para nosotros, hoy
- Comentario
- El preámbulo de la historia (1-2)
- Las tentaciones de Jesús (4.1-11)
- El sermón de la montaña (5-7)
- El discurso de la misión (10)
- Los enviados del Bautista (11,1-19)
- La exclamación jubilosa de Jesús (11,25-30)
- El discurso sobre el Reino de Dios (13)
- Jesús camina sobre las aguas (14,22-33)
- La confesión mesiánica de Pedro (16,13-28)
- Sobre el impuesto del templo (17,24-27)
- Las reglas de la comunidad (18)
- La parábola de los viñadores (20,1-16)
- La parábola del banquete de bodas (22,1-14)
- Palabras contra los escribas y fariseos (23)
- La parábola de las diez vírgenes (25,1-13)
- La parábola del dinero confiado (25,14-30)
- El juicio final (25,31-46)
- La historia de la pasión (26-27)
- La resurrección de Jesús (28,1-15)
- El encargo del Resucitado (28,16-20)
- Bibliografía
- Índice