Oriana era una oruga tímida y regordeta que vivía en un pequeño jardín y pasaba los días jugando con sus amiguitos, Martina la mariquita, Aurelia la hormiga y Gerardo el grillo. Pero a Oriana su mundo se le quedaba pequeño: soñaba con otros paisajes y diferentes aventuras y se sentía descontenta con su aspecto, porque debido a su gran apetito se pasaba el día mordisqueando todo lo que podía. No era consciente de que su cuerpo estaba a punto de vivir una transformación que le permitiría cumplir todos sus sueños.