Durante el primer tercio del siglo XX y, de modo especial, a partir de 1918, tuvo lugar en toda Europa un cambio sustancial del lenguaje y del discurso político. Fue una innovación que afectó tanto al pensamiento de la derecha como al de la izquierda. Radicalizaciones sociales y semánticas confluyeron en un proceso que, en el campo conservador, tuvo como uno de sus ejes iniciales el nacionalismo cultural y político. Acostumbramos a llamar a este fenómeno «revolución conservadora», «revolución nacional» o, más sencillamente, «fascismo», entendido éste como forma genérica. En realidad, desde nuestra perspectiva histórica, las revoluciones citadas fueron seudorrevoluciones o contrarrevoluciones que formalizaron, con mayor o menor radicalidad y con diferente dimensión temporal, un nuevo tipo de sistema político: los Estados totalitarios. Desde diferentes perspectivas y disciplinas, una serie de escritores fueron precursores, conscientes o inconscientes, de aquella gran crisis ideológica y moral o teorizaron sobre ella. Schmitt, Spengler, Marinetti, Pessoa, son algunos de los autores analizados en estas páginas.