Cristina Ríos, una joven experta española, es contratada para valorar las obras de arte del castillo medieval de Killmarnock, en Irlanda. Allí la aguarda Dargo Killmar, el más antiguo habitante del castillo, que sin embargo sigue siendo un hombre joven y endiabladamente atractivo… Es que se trata de un fantasma, claro, que vaga desde hace cuatrocientos años por las enormes estancias en busca de una reliquia que podría liberarlo de la maldición que pesa sobre él.