"Algunas veces en la historia de la literatura las obras más originales y renovadoras se escriben con los propósitos más sencillos. Lewis Carroll escribió la novela Alicia en el País de las Maravillas para cunplir la
promesa que le había hecho a Alice Liddell, una muchachita de 10 años, a quien ya se la había contado de viva
voz durante un paseo por el río Támesis, en el verano de 1862."