La conciencia colectiva de nuestras sociedades y su universo simbólico van siempre acompañados de unas determinadas categorías de la sensibilidad que varían de una época a otra y de las que derivan otras tantas maneras de entender el mundo. Si he aceptado el reto de una reedición de este libro después de veinte años es porque sigue pareciéndome importante que podamos percatarnos de estas variaciones -que son, por otra parte, indisociables de las fluctuaciones sociales- y de cómo estas van surgiendo al par que los valores que adoptamos. Una educación de la sensibilidad es, ahora más que nunca indispensable. La política no la hacen los partidos ni las agrupaciones, sino los individuos. Y si quienes gobiernan -formen éstos parte del demos o de aquellos que detentan el poder económico o el poder a secas- no han aprendido a conocerse, mal podrán gobernar. Para gobernar es preciso saber qué somos o qué estamos siendo más allá de nuestro personaje. Toda moral bien construida requiere de un fundamento extra-moral y este tiene que ver con el conocimiento de uno mismo, algo que tan sólo puede iniciarse con la observación de la propia mente. La razón estética es sin duda una propuesta para tiempos difíciles. Que sea viable o no dependerá del interés que pongamos en que esta educación se lleve a cabo.
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- Índice
- Prólogo a la segunda edición. Veinte años después
- Prólogo a la primera edición A modo de justificación
- La razon estética: una propuesta para tiempos difíciles
- El nihilismo actual: un diagnóstico erróneo
- En los valores vivimos
- La falta de valores: una cuestión de nostalgia
- Necesidad de ficción
- Verdad y verosimilitud
- La mente nunca piensa sin phantasma
- No somos, sucedemos
- En un principio fue el jaos
- Elaboración versus interpretación
- La conciencia estética hoy: razón fortalecida
- Esa extraña ternura
- Primera parte
- La razón posmoderna: ¿Pensamiento débil o razón estética?
- Construcción y develación
- Ética y razón estética
- De la seriedad a la ironía
- El mal de superficie y el placer del deslizamiento
- A pesar de la ignorancia
- La sonrisa del gato de Cheshire. La salvación por la ironía
- La crisis de la modernidad. Planteamiento del problema. Algunas obviedades
- Un valor fundante: el sujeto. ¿En qué consiste?
- El sujeto romántico. Libertad y heroicidad. Lo sublime
- La crisis de la razón. La nada
- La conciencia y sus modos. La conciencia irónica delromántico. La agonía del sujeto
- De la ironía moderna a la ironía posmoderna
- El héroe posmoderno. Una extraña ternura
- Conciencia constituyente y recuperación de lo accesorio
- La eternidad como castigo. Del terror a la conmiseración
- La teoría y los mitos
- La tristeza de Drácula
- Apéndice 2016. De la conmiseración a la conveniencia o donde Drácula adquiere conciencia moral
- Conciencia lúdica y razón social
- La mosca, el pez, el acróbata y el «hombre invisible». El cometido actual de la filosofía
- La recuperación del placer en la acción
- La vida de las serpientes. Utilidad, producción y seguridad
- Instinto de muerte-para-la-vida
- Los espacios vacíos
- La recuperación del silencio
- Conciencia posmoderna y democracia ética
- La ley del azar Una estética del jaos
- En un principio
- El azar como ley de la posibilidad
- El arte como conocimiento de las posibilidades del jaos en su posibilidad
- Del abismo natural al propio abismo
- La ingenua complicidad de la Pantera Rosa
- Los filósofos y la risa
- Kant. La teoría de la expectación defraudada
- Baudelaire. Satán y el mal de la inteligencia
- Bergson. El automatismo como inadaptación y la risa correctora.
- Lalo. Devaluación y juego polifónico
- El esquema de la comicidad de J. Serra Masana
- De la risa ordinaria a la risa estética
- Lo risible y lo cómico
- Como si pero no
- La risa del sabio
- Lo necesario y lo posible
- Segunda parte
- Un llavero oxidado y una flor de azahar en una taza de té. De la razón poética zambraniana a la razón estética
- Presupuestos para una razón estética
- (I). La verdad del discurso y el discurso de la verdad. De la ontología a la estética
- Ontología: la función veritativa del discurso
- Donde averiguamos que un gato es un gato es un gato y se demuestra que toda definición es tautológica
- Kant y Nāgārjuna: la reducción al absurdo de las cuestiones metafísicas
- Estética: la función relacional del discurso
- El filósofo artista
- (II). Cuerpos imaginarios y cuerpos imaginados
- Los cuerpos ajenos y el propio cuerpo. Trascendencia e inmanencia
- ¿A qué llamamos real?
- Más allá de la dicotomía. El cuerpo como gesto
- El estado mágico
- Velos para la realidad desnuda
- Apéndice. Acerca de uapitís, meidosems, cronopios y famas
- Poética de la percepción
- La percepción del instante. Para una poesía fenomenológica
- El mundo como objeto estético
- Un ejercicio de estetización
- El miedo del hombre teórico. La náusea sartriana
- El haiku y el vacío de Nāgārjuna
- El sentido de las ruinas en la sociedad actual
- Arte como ecología
- Pertenecer o poseer
- Lo público y lo privado. El ámbito de lo ecológico
- ¿Qué significa «lo propio»? La pregunta por la diferencia
- Naturaleza propia y ajena
- Otras culturas. La arbitrariedad de las dicotomías
- Mirar y escuchar.
- Cómo hacer
- Saber salirse de sí
- Epílogo. La razón estética como educación. Para una visión optimista de la cultura
- Nota