Los “otros” fueron, en Rusia, protagonistas de una revolución mundial anticapitalista que, en contra de lo pronosticado por Marx, no intentó desarrollar previamente el capitalismo. Una revolución mundial diferente de aquella a la que se refería Trotski: la revolución mundial de los que no estaban dentro de la “civilización universal”. Una revolución resultado de la toma de conciencia de clase del campesinado y de su protagonismo como clase revolucionaria. La incorporación, primero al proyecto y posteriormente al sistema soviético, del campesinado como sujeto revolucionario y de los valores universalistas de la conciencia nacional rusa dio lugar a esa revolución mundial de los “otros”, de los que no habían pasado por la revolución industrial, ni por la revolución científica ni por la Ilustración; una revolución anticapitalista que evita el paso por el capitalismo en un proyecto, probablemente no consciente, dirigido a crear una civilización comunista.