Un periodista norteamericano que había sido soldado en Vietnam durante la guerra confesaba, afligido: “Hay lugares adonde no quiero regresar”. Higinio Polo tampoco quiere regresar, no quiere ver la tristeza de Samarra, ni la pobreza de Basora; no quiere ver en qué se ha convertido Bosra, ni quiere ver las ruinas del Crac de los Caballeros, ni la destrucción del Suq al Madina, ni los cascotes de la gran mezquita de Alepo; no quiere ver las ruinas de Palmira, ni la melancolía de Beirut, ni volver a Babilonia, ni recorrer de nuevo las calles de Bagdad.
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- Índice
- Emprende un largo viaje
- Las gabarras de Bangkok
- Los zocos de Alepo
- Beirut, en la Corniche
- Bombay, en el mar Arábigo
- Cantón, sobre el río de las Perlas
- Las noches de Hanoi
- Soñar con Palestina
- El silencio de Petra
- Las cigarras de Hong Kong
- Las ruinas de Babilonia
- Pekín, la puerta de la paz celestial
- Raffles, en Singapur
- Samarcanda, en la ruta de la seda
- Una barra de tinta de Shanghái
- Cocteau, en Kuala Lumpur
- Kioto, el puente de Shijō-dōri
- Guevork Vartanián, en Teherán
- Luang Prabang, la orilla del Mekong
- Indonesia: matar comunistas
- De Krasnoyarsk a Irkutsk