Desde la publicación de la "Brevísima relación de la destrucción de las Indias", de fray Bartolomé de las Casas, se suele enfocar la relación entre España y las Américas como un camino de un solo sentido. Donde Las Casas vio destrucción y genocidio, otros han querido observar un gran proceso civilizatorio. Pero tanto una visión como la otra, por reñidas que parezcan en sus matices negros o blancos, en el fondo se basan en la misma premisa: que en 1492, España ya existe, con todos sus atributos más o menos en su lugar, y que su posterior desarrollo es, principalmente, un proceso de expansión, casi de desbordamiento. Los ensayos de este libro, escritos a lo largo de los últimos veinte años --entre el Quinto Centenario y la Enésima Crisis-- buscan cuestionar esa premisa, invirtiendo la óptica, para empezar a cartografiar la presencia de América en España, para dar comienzo a la exploración del papel central que han desempeñado las Américas en la construcción de lo que hoy llamamos España.