Antimanual del mal historiador... es una obra que ya desde su título mismo y a lo largo de sus 132 páginas, va generando en el lector una irresistible tendencia hacia la reflexión en torno a la propuesta de una nueva forma de hacer, escribir, investigar y enseñar la historia. En efecto, el título escogido es altamente significativo y condensa, a mi entender, la meta principal que se propone el autor. Un lector crítico (o que intente serlo) podría preguntarse ¿hubiese sido lo mismo titularlo, por el contrario, Manual del buen historiador?. Sin ninguna duda hubiera cambiado radicalmente el sentido, ya que su clave reside en la #negatividad# que encierra el mismo, en su desafiante fuerza antitética que todo lo coloca #al revés#, en la esfera de lo #no verdadero#.