Giancarlo regenta la trattoria Napolitana Luigi que fundaron sus tatarabuelos, por lo que la aprecia por encima de todo. Lo que fuera un local frecuentado, un comedor repleto y bullicioso y un negocio fructífero ha perdido clientela progresivamente, y actualmente Giancarlo se plantea el cierre. Dos clientes habituales que únicamente se conocen de verse en el Luigi pero ambos amigos de Giancarlo, ante su desesperación deciden ayudarlo...