Las personas, en nuestra complejidad, estamos llamadas a comprender que somos la sumatoria de diferentes aspectos. Ejemplo de ello es cuando entendemos que la razón es un bien invaluable, pero no el único; la posibilidad de sorprendernos y de ver más allá de lo evidente nos hace únicos. En el caso particular de los emprendedores, vemos cómo, al igual que los artistas, permiten que una “pincelada” dé luz a su proyecto empresarial. Este requiere una sensibilidad única e irrepetible, ruto de su dimensión física, intelectual y espiritual. El arte maximiza estas dimensiones al permitir comprender la belleza de la realidad, así como ver el mar de oportunidades que solo los verdaderos emprendedores logran descubrir.
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- Contenido
- Prólogo. El emprendimiento, la capacidad de crear valor,
Andrea Ávila Tinoco
- Presentación. Emprender, todo un arte. José Alejandro Cheyne García
- Introducción. El arte de emprender, un proyecto pedagógico. Margarita Guzmán Bejarano
- Arturo Calle, Un empresario que brilla con luz propia
- Catalina Escobar, La vida por los otros
- Camilo Lucero, Todos tenemos un plan hasta que nos golpean en la cara
- Pedro Felipe Estrada, El poder de mirar diferente
- Mario Hernández, Persiguiendo sus ideales
- Biviana Rodríguez, El valor de tomar el riesgo
- Samuel Azout, En nombre del equipo
- Ernesto Fajardo, Luchar para lograr las metas
- Carlos Cavelier, Perseverar para crecer
- Álex Torrenegra, El hombre que piensa en grande
- Nayib Neme, Reconocer el pasado para proyectar el futuro
- Mauricio Sabogal, El poder de reinventarse